En esta gran edificación de tres pisos (poco habitual en la localidad) con multitud de balcones, grandes ventanales y diversas puertas de la familia Terol, una de las últimas familias hacendadas del actual término municipal de Mahora, alberga en la parte más alta dos pequeños, pero curiosos escudos, que no sólo corresponden a una familia nobiliaria o de hidalguía, sino también referente a otros aspectos no tan usuales y que se reubicaron en su día.
En 1.752 ya existía aquí una edificación más antigua, donde residieron el noble D. Pedro Silvestre de Urrea y Vargas, el mayor terrateniente de Mahora y su esposa Doña María Candelas Clemente de Arostegui, padres del noble citado en la casa anteriormente visitada.
Este escudo que probablemente perteneció a algún familiar de la Santa Inquisición, se desconoce donde pudo estar ubicado originalmente, y perteneció a algún familiar que tendría vínculos con la Inquisición, como el noble Don Francisco Portero de Vargas y Castroverde que vivió en el siglo XVII y fue alcaide del castillo de Chinchilla de Montearagón, caballero de La Orden de Santiago y regidor en Madrid.
Se trata de un escudo sin cuarteles, donde vemos una cruz con dos travesaños simbolizando la autoridad arzobispal, debiendo ser la cruz verde, que simbolizaría la esperanza de salvación eterna para los herejes reconciliados con la Iglesia Católica.
El fondo del escudo negro simbolizaría el luto de la Iglesia Católica por los herejes contumaces. El ramo del olivo simboliza la pasa para los herejes reconciliados con la Iglesia Católica. La espada simboliza la justicia para los herejes contumaces. Al timbre corona del marqués.